Mientras trato de adelantar todo lo que pueda en el trabajo, la vida continúa y yo me la paso encerrado entre cuatro paredes... quiero ir a muchos lugares pero tengo el pendiente de bajarle a mi tarjeta de crédito por aquello de que la crísis provoque alguna catástrofe que de al traste con los saldos de mi plástico, lo que me pone una correa que no me permite explorar más allá de mi casa, mi trabajo y algún fin de semana con algo de rock.
Hace poco fui al Estado de Mex. donde viví por una breve temporada (3 años) ya hace 2 décadas y al que tenía mucho de no visitar.
Ya estaba mi primo esperando la llegada así que ni chance de ver el DF que siempre me ha recibido excelentemente... sin embargo apenas llegué y me sentí abrumado por los sentimientos de añoranza, de reencuentro con ese lugar al cual ya casi había olvidado.
La familia que tenía mucho de no ver, los olores, la comida, los colores, el aire, los recuerdos... las calles que alguna vez recorrí en mi adolescencia... no tuve tiempo de ir a buscar a amigos de aquellos años pero recordé muchas cosas que antes eran cotidianas y ahora con el pasar de los años, se tornan extraordinarias.
Estos empolvados archivos que mi cerebro guardaba me hicieron recordar que los lugares por los que pasamos, las personas con las que tratamos, las cosas que hicimos, son de nuestros más grandes tesoros.
Después de mudarme a Torreón y cursar la prepa y la universidad en esta ciudad creí ser una persona totalmente diferente a la que era allá, sin embargo cuando he vuelto a tratar y a respirar ese ambiente que no ha cambiado en nada, veo que soy el mismo y que solamente he enriquecido mi experiencia conviviendo con esta bella gente lagunera.
I just wanna scream...
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